L@s que me seguís cada semana podéis llamarme descastá, siii, con toda la razón, lo se, que esta semana he tenido el blog abandonaito, pero aprovechando que no tenía encargos, he estado de limpieza estacional, vaciando armarios y estanterías como una loca, y he cogido tanta carrerilla, que ya no podía hacer otra cosa hasta que estuviera todo perfe. Así que ni ordenador, ni cocina ni nada que no fuera tirar bolsas con trastos J
Pero para compensar mi abandono, os pongo una entrada de mis favoritas, las de desayuno, para esos dulces despertares de fin de semana, las french toasts o tostadas francesas.
Se toman mucho en Estados Unidos, aunque no superan en éxito a las famosas tortitas. Pueden parecerse de pronto a nuestra torrijas pero son mucho más fáciles de preparar y si tenéis una plancha grande se pueden hacer varias juntas, para ahorrar tiempo.
Los ingredientes son:
- Pan de molde
- 2 Huevos
- 125 ml de Leche
- Vainilla
- Canela
- Mantequilla
- Azúcar glass
- Sirope de arce, mermelada, chocolate, miel o cualquiera de nuestros aderezos dulces favoritos
Mezclamos en un recipiente bajo los huevos con la leche, la proporción es aproximadamente esa, pero lo que tenemos que conseguir es rebajar el huevo para que quede ligero, así que si son huevos grandes, añadimos un poco mas de leche. Le añadimos un poco de vainilla liquida o en polvo, una pizca de canela, una cucharadita de azúcar y mezclamos todo bien.
Ponemos una plancha o sartén a calentar y la untamos con una brocha con mantequilla. Partimos el pan de molde por la mitad, que así se maneja mejor y vamos pasando las medias rebanadas, una a una por la mezcla, dejándolas medio minuto sumergidas, para que empape bien el interior del pan.
Cuando lo sacamos, escurrimos ligeramente el sobrante de liquido y colocamos sobre la plancha o sartén a fuego medio.
Tostamos hasta que queden doraditos por ambos lados y vamos disponiéndolas en una fuente.
Cuando ya tengamos las que queramos, unos 4 o 5 triangulitos por persona, espolvoreamos con azúcar glass y servimos. En la mesa, cada comensal que le añada el sirope que le apetezca, yo como siempre en casa, el de arce. ¡Y a disfrutar!
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