26 de marzo de 2011

CRÊPES


Pensando estaba yo en que mañana por fin es sábado, por fin finde, poder dormir, levantarse tarde y pegarse un buen desayuno de fin de semana, que maravilla. Una de mis recetas preferidas de desayuno son los crêpes. Si no es muy tarde hago unos pocos, pero si las sabanas no me dejan escapar y paso de las 12 de la mañana, entonces preparo varios, dulce y salados y ya hacemos brunch y vas ya comido.

Esta receta me la enseñó una de mis madres francesas, cuando pasé un verano en una granja en Sully sur Loire y es tan fácil que es imposible de olvidar.

Ingredientes para 5-6 crepes pequeños:

1 huevo
1 taza de harina
1 taza de leche
1 pizca de sal
mantequilla

Para hacer crêpes usaremos la mejor sartén que tengamos en antiadherencia, porque si no estás perdiendo el tiempo. De cualquier manera, y a modo preventivo, uno de los trucos que me enseñó fue que antes de hacer los crêpes, calentamos la sartén con varias cucharadas de sal y vamos moviéndolo hasta que eche un poco de humo, así mejora la adherencia de la sartén y se pegan menos. Luego se tira la sal y se retiran los restos con un poco de papel de cocina y ¡listo!

Así que empezamos mezclando bien todos los ingredientes con la batidora y calentamos la sartén a fuego fuerte con un poco de mantequilla. Cuando la mantequilla se funda, echamos como el equivalente a una o dos cucharadas de mezcla en la sartén, dependiendo del tamaño, hasta que nos quede una capita fina de masa que cubra toda la sartén. Para que el centro no nos quede más grueso lo mejor es coger la sartén e irla girando con una mano en círculos mientras con la otra vamos echando la mezcla. Mientras se cocina con una espátula vamos separando los bordes de la sartén y los dejamos cocinar un minuto aproximadamente o hasta que veamos, moviendo la sartén, que están perfectamente despegados. Ahora si somos valientes-mañosos, le damos la vuelta en el aire, o, ayudándonos con una segunda espátula para los precavidos. Dejamos cocinar por el otro lado otro minutillo y listo.



Ahora a ponerle el relleno favorito de cada uno, mantequilla, mermelada, caramelo, chocolate, nata, embutidos, quesos, e incluso restos de alguna comida de otros días como pollo troceado, champiñones al ajillo, verduras salteadas...



En Francia se venden mucho en la calle y es uno de los platos de identidad francesa por excelencia. Los que más pueden encontrar en la calle son los naturales (solos), con mantequilla, con azúcar y mantequilla, con nutella, y con jamón y queso.



A mi el de queso me encanta, le pongo emmental mientras que lo tengo aún en la sartén para que se funda un poco con el calor, un poco de jamón de cocido y listo. Y de postre, uno con nocilla y nata. Bon apetit!!


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